Descripción
La exposición a la radiación láser puede representar un riesgo significativo para los ojos y la piel, dependiendo de factores como la longitud de onda, la potencia, el tiempo de exposición y la distancia al haz láser. Utilizar gafas de protección especializadas es fundamental para prevenir posibles daños oculares.
Riesgo de daño ocular
Los láseres pueden afectar seriamente la retina, especialmente aquellos en las bandas de ultravioleta (UV, 100-400 nm), luz visible (400-700 nm) e infrarrojo cercano (NIR, 700-1400 nm). Fuentes comunes de láser en esta última banda incluyen los diodos de carbono (980 nm, 1060 nm) y los láseres Nd:YAG (1064 nm), los cuales pueden atravesar el globo ocular y alcanzar la retina, provocando desde disminución de la visión hasta ceguera permanente.
Riesgo de daño en la piel
Los láseres de alta potencia pueden generar quemaduras cutáneas, especialmente aquellos de dióxido de carbono (10,600 nm) empleados en la industria y en procedimientos médicos. La exposición directa a este tipo de láser provoca un calentamiento intenso de la piel, lo que puede derivar en quemaduras o daños tisulares severos.
Áreas de aplicación
🔹 Industria: Soldadura láser, corte de materiales, limpieza y reparación con láser.
🔹 Medicina y estética: Procedimientos como depilación láser, eliminación de tatuajes, rejuvenecimiento y reparación de la piel con láser.
Usar la protección adecuada es clave para minimizar los riesgos y garantizar la seguridad en entornos donde se trabaja con tecnología láser.